Estaba pensando en qué escribir para hoy, y hace poco escuché que “todo lo encierran los numeritos”. Y se referían a que sea lo que sea que uno quiera y sueñe se encierra en mirar cuánto cuesta y saber si se puede o no hacer. Mejor dicho como lo llaman teóricamente: hacer un presupuesto.
Muchas veces si es necesario desplegar toda la infraestructura de Excel, realizar macros, hacer proyecciones, gráficas y demás, pero otras es sencillamente es abrir la billetera y ver si le alcanza para el bus o no. Lo chistoso en muchos casos es escuchar “pero es que no me alcanza”, cuando la gente tiene plata, pero sencillamente no sabe cómo usarla.
Presupuestar es la manera más fácil de aterrizar las cosas y volver los sueños una realidad. Por otro lado, para saber qué hay que hacer y cuándo. Un caso típico son los preparativos para un viaje de amigos, por ejemplo a Carmen de Apicalá. Normalmente uno se reúne (en el hotel Sheraton), o alguien se hace cargo de hacer una lista de lo que se va a compra (La Burra), mas el alquiler de la finca (Jorge), mas improvistos (sillas o enanos rotos), lo divide en el número de personas que quieren ir, y ya.
Así que en ves de andar nadando en piscinas sin olas tratando de recorrer Sur América, o crear una empresa que le haga competencia a Microsoft, o casarse, o tener novia (aunque digan que no), o lo quesea. Por mejor idea que tenga, acostúmbrese a encerrar todo en un numerito.