No me acuerdo cuándo fue la primera vez que vi entrar a mi casa unas pisadas de botines negros guiadas por un costeño de barba blanca. Posiblemente fue cuando estaba en el vientre de mi mamá.
Tal vez mi generación no conozca muy bien el nombre de Nereo López, un hombre de no sé cuántos años, lleno de alegría, divertido, enigmático, único y reconocido por su fotografía.
Sentarse a escuchar sus historias por el mundo, de sus caminatas por las calles de New Cork durante los casi 8 meses del año que pasa allá, de sus aventuras con Gabriel García Márquez, de sus fotos, de photoshop, de sus exposiciones y todo lo que dice es realmente placentero.
Amigo de mi casa, parrandero, costeño vestido de cachaco, a este personaje de la barba blanca es a quien quiero hacerle un homenaje en este blog, creo que nada comparado a lo que está acostumbrado. Nereo ha sido premiado por todo el mundo, incluso como uno de los mejores fotógrafos del mundo entre 150.000 participantes. Sus reportes e historias han logrado cautivar los ojos de muchos extranjeros que hoy pelean por sus obras. Creador de la transfotografía, deportista y aventurero.
Por eso, de ahora en adelante este blog tendrá una foto cada semana en un espacio llamado “El rincón de Nereo”. Algo muy poco insignificativo para lo que es el.
Y si se preguntan por qué la primera foto no es de él, pues es por que prefiero que ustedes mismo lo conozcan y vean toda su obra. Pueden ir al Archivo Nacional donde existe su mayor histografía o en www.nereo.net
lunes, 16 de abril de 2007
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