Hace mucho tiempo ni pasaba por acá, me había olvidado de este lugar, que sin duda alguna se había convertido en un espacio único propio y desahogador, y talvez fue por eso que volví: a desahogarme.
Ya saben que no creo en la “autoayuda”, en “repítelo 10 veces y lo lograrás” y toda esa clase de filosofías pasajeras y poco perdurables, pero rentables y cautivadoras pues “todos somos felices”. Y obvio, este lugar no pretende ser uno más de esos templos abrasadores que “amamos” y en donde depositamos todo nuestro ser.
Pero bueno, escribir acá me está relajando y esa es la idea.
Hoy es uno de esos días acabadores. Donde no hay descanso. Por todo lado son noticias y noticias, y no muy buenas. De hecho sólo una buena.
Hoy dan ganas de cantar miles de canciones de dejar todo y salir corriendo (es un sueño mío) como un hippie, dejando todo, comiendo frutas exóticas, esperar la lluvia de maná y no tener la mirada de nadie.
Este ejercicio lo estoy disfrutando pero no creo que ni mis clientes ni jefes lo estén haciendo. Sólo quería un par de minutos conectado a mi iPod, intentándome desconectar de todo, recordar que yo seré el único que lea esto, y cuando lo vuela a leer recordar a mi Parcero.
Chao,
JP
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